“PROPONGO DEFINIR LA SALUD COMO UNA VIDA FELIZ”

Estas palabras son como un faro en la oscura noche de la guerra contra la enfermedad. Nuestro sistema médico se ha erguido como un ejército que se enfrenta a todas las dolencias, olvidando que eso convierte al cuerpo en el campo de batalla. Nuestra visión de enfrentarse y dominar a la naturaleza ha prevalecido sobre la de verla como una fuente de sabiduría.  La persona que pronunció las palabras que encabezan esta entrada se negó a ver al enfermo como un mero campo de batalla y actúo en consecuencia, siguiendo a su corazón por encima de convencionalismos y protocolos que distancian al enfermo del médico. Su mensaje y ejemplo llegó a Hollywood y su vida y obra fueron, por la magia del séptimo arte, conocidas en todo el mundo y su nombre pronunciado por miles de estudiantes de medicina: Patch Adams
            Todo empezó cuando de joven en plena crisis existencial, motivada por un mundo que él sentía como cruel e injusto, intentó suicidarse varias veces. Finalmente fue internado en un psiquiátrico, fue allí donde descubrió su don como sanador y cuidador de las personas enfermas. Sumergido en ese ambiente se dio cuenta de que su suicidio no ayudaría a cambiar el mundo que le dolía y que, sin embargo, él tenía en sus manos  empezar una pequeña revolución, la del poder del amor, con una herramienta muy poderosa: el humor. Él mismo cuenta con una maravillosa metáfora como armoniza ambos: es como usar una cuña, su parte delgada es el humor, luego, poco a poco, se va ensanchando y entra la parte importante: el amor. Los pacientes del psiquiátrico se convirtieron en sus maestros, gracias a que supo desplegar la sabiduría del aprendiz en un lugar donde el personal médico encarnaba la prepotencia del docto. De un “loco” aprendió a mirar fuera de lo establecido, te invito a vivirlo en una escena maravillosa de la película, haz clic en lo siguiente: 

"Si te centras en el problema no verás la solución ..."
            Saber mirar fuera de la “caja” que ha delimitado nuestra educación, sin perder nuestro centro, es una habilidad que Patch irá desarrollando a lo largo de su vida. El éxito de lograrlo estaba asegurado, pues comprendió sin ninguna duda qué es lo que debía colocar en ese centro: su corazón. Las ideas preconcebidas de su entorno, las creencias limitantes tanto fuera como dentro de él, la falta de medios, los protocolos sin humanidad, sus profesores en la facultad… nada podía frenar el ímpetu de lo que sentía, y que resumió en una frase ante un tribunal universitario que le juzgaba por sus “artes” médicas inusuales y por “ejercer”, según ellos, antes de obtener el título: “Si un médico trata la enfermedad puede ganar o perder, si trata a la persona gana siempre” . Pero es mejor que puedas sentir toda la escena tú mismo, vamos de nuevo a la película:

"Ustedes tienen autoridad para impedir que me gradúe ...
pero no pueden controlar mi espíritu ..." 
            Pero Patch va mucho más allá de su personaje de médico sanador, es un amante de la vida, tanto que consigue ocultar tras su sonrisa el pesimismo que le ayudó a iniciar su pequeña revolución, un sentir suyo lo deja bien claro: “La vida es una celebración del pensar y del actuar”. Se sorprendió al darse cuenta de que la mayoría de los médicos y de sus pacientes no sabían nada del amor a la vida, el campo para enseñarlo se le mostró inmenso…
            En una ocasión unos padres desconsolados, ante la muerte de su hijo en el hospital, eran dejados a su suerte por el sistema, ya que a ningún médico se le había enseñado sobre la muerte, tan sólo habían aprendido a combatirla. Patch se enteró de que eran cristianos y les sugirió rezar juntos una oración, a pesar de que él no se consideraba cristiano. El efecto fue fantástico, los padres se sintieron reconocidos en su dolor. A partir de entonces nuestro amante de la vida se dijo: “Con el paciente budista seré un sincero budista, con el cristiano seré cristiano, con el ateo seré ateo…” ¡Qué gran ejemplo de amor trascendiendo a las mismas creencias! Tan sólo es posible de lograr poniendo el corazón por delante, un ejemplo vivo para dar de beber a la sed de humanidad que nos embarga.
            El gran corazón de Patch aprendió a hacerse pequeño para pasar por la puerta de las creencias de quienes sufren, al hacerlo, lejos de perder su esencia, la concentró. Pero lo mejor es que tú mismo puedas oler este perfume escuchando y viendo no al Robin Williams, el magistral actor, sino al verdadero Patch Adams. Ponte cómodo para  los próximos 55 minutos y prepárate a disfrutar de la entrevista  que le hicieron en el mítico programa chileno “La belleza de pensar”. En la entrevista dejará entrever durante unos breves momentos su pesimismo, fruto tal vez de unas creencias limitantes sobre los potenciales de las personas- el paradigma científico imperante-, pero en la visión global de la misma, lejos de estorbar, lo convierten en un personaje más humano, más cercano y más entrañable, si cabe. ¡Qué disfrutes de este sincero encuentro!

PATCH ADAMS, CELEBRADOR DE LA VIDA from arcoirisdan on Vimeo.

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