HACIA UNA CIENCIA CON CORAZÓN: DEL “RASCACIELOS” A UN VERDADERO HOGAR

Un hogar permite ver la vida
sintiéndose acogido
 
    Nuestro edifico científico, diseñado con los planos del mecanicismo y el materialismo, ha parcelado el conocimiento en aras de un mayor rigor. La falta de comunicación entre los diversos campos, sazonada con la prepotencia de una cultura que se ha creído la más científica, ha ocasionado que en el cuerpo del conocimiento los órganos hayan olvidado que su función no tiene sentido sino en armonía y colaboración entre ellos. Esto provoca un alza de los costos de la investigación y una baja de eficacia; imaginemos un cuerpo humano en el que los órganos disminuyen, poco a poco, la comunicación entre sí, si esto continuase indefinidamente se llegaría al ansiado rigor del cientifismo imperante, pero sería un “rigor mortis”.

            La base del edificio mecanicista es la física, sobre sus leyes se han ido construyendo pisos y más pisos, creyendo que la altura del edificio era lo que le hacía eficaz y confiando en la solidez de los cimientos. Pero he aquí, que hacia principios del siglo XX nace una rama de la física- la cuántica- que hace tambalear la base del edificio. Los acomodados “científicos” deciden en su mayoría ignorar en sus respectivos campos el gran cambio de mirada y actúan pensando en los antiguos cimientos. Los rebeldes, ante el descomunal tamaño de la construcción y viéndose incapaces de cambiar al estamento, deciden en su mayor parte irse a un nuevo territorio en el que poder crear una casa común en la que todos se puedan comunicar abiertamente, en la que las teorías científicas no se confundan con la verdad, en la que cada uno es fuente en potencia de nuevos conocimientos, en la que una cultura no prevalece sobre la otra, en la que todos se sienten en familia, en definitiva, un hogar.
            Integrar es una función del corazón, porque conoce y reconoce a todas las partes; una ciencia nutrida desde él es una oportunidad para un auténtico progreso de toda la humanidad.  ¿Cómo empezar …?  Necesitamos ante todo una nueva casa en la pueda llevarse a cabo esta integración ¡Qué mejor modelo a seguir en su creación  que el propio cuerpo humano! En los nuevos paradigmas cada vez se le va dando mayor papel biológico y de conciencia al corazón. Los físicos son unos  expertos en meter sus narices fuera de sus campo y por lo tanto idóneos para iniciar una labor de integración del conocimiento, su función de base del “rascacielos” que les ha otorgado el cientifismo les facilita el camino. Te invito a leer las palabras de uno de ellos, Patrick Drouot, hablando de interesantes descubrimientos sobre el corazón y a imaginar, desde el ejemplo del cuerpo humano, cómo podría construirse  un hogar  para una ciencia guiada por la melodía del corazón.
          

"La melodía que emite el corazón es preciosa"
        -Patrick Drouot, doctor en Ciencias Físicas-

Entrevista de Ima Sanchís para “La Contra” de “La Vanguardia”  19-3-2012


66 años. Nací en Estrasburgo y vivo en París. Casado, dos hijos. Mi tesis versó sobre la naturaleza del tiempo en la física cuántica. El mundo necesita una visión mucho más amplia que la derecha o la izquierda. El universo es un organismo vivo y complejo. Todo es inteligente.

Tengo mucho que contarle.

Bien.
Desde el renacimiento considerábamos el tiempo algo constante, unidireccional e irreversible, pero hemos empezado a entender que el tiempo posee una densidad.

Se me escapa el concepto de densidad temporal.
Imagine que el transcurrir del tiempo es como si uno abre más o menos el grifo y el agua (el tiempo) corre más o menos. En los últimos diez años esa densidad se está acelerando, se observa en los relojes atómicos.

Entendido.
Se sospecha que una estructura cultural (las reglas y valores que rigen las finanzas, o la salud, o las empresas...) es una inteligencia que evoluciona por sí misma, y que la inteligencia humana evoluciona menos rápidamente que dichas estructuras. Esa es la razón por la cual ya no se entienden los problemas actuales. Hace 50 años el mundo era muchísimo menos complejo.

Y la causa es la aceleración de la densidad temporal.
Sí. Hace unos diez años empezamos a darnos cuenta de que algunas herramientas financieras, del mundo de la salud, o de la empresa..., empezaban a no funcionar.

Póngame un ejemplo.
Un estudio del Ministerio de la Salud de Francia que analizaba la evolución de 25 tipos de cáncer en los últimos 20 años reveló que 19 se habían disparado de manera anómala. El cáncer de próstata en los hombres ha aumentado casi un 300%. Conocemos las causas, decía el estudio, pero debe haber algunos factores más que desconocemos.
...
Como asesor de eurodiputados y diversas empresas podría ponerle muchos ejemplos que creemos que están relacionados con la aceleración de la densidad temporal, por eso he dedicado diez años a estudiarlo.

¿Y?
Así surgió la teoría del pensamiento integral (hemos de cambiar nuestra forma de pensar, de forma que trascienda los límites comúnmente admitidos de nuestras conexiones neuronales) y llegué al fenómeno de coherencia neurocardiovascular.

Cuénteme.
He leído su entrevista a Annie Marquier (La Contra del 14 de marzo) y sus planteamientos son correctos: el cerebro del corazón es el que toma las decisiones... Pero ¿por qué?

...
El inventor del reloj de pared fue un holandés llamado Huygens. Cada día le daba cuerda a sus relojes y comprobó que al cabo de un rato y en un tiempo aleatorio todos se sincronizaban con un reloj en concreto.

El más grande.
Sí, lo que en ciencia se llama el fenómeno de arrastre. Pues bien, el mayor reloj biocorporal del cuerpo humano es el corazón. Ahora le explicaré lo que es la coherencia: Ima está en coherencia cuando escribe un artículo y todo fluye, y está en incoherencia cuando tarda una barbaridad en acabar su artículo, está agotada y nerviosa.
   
Entendido.
En ciencia un sistema coherente es un sistema que consume poca energía para un máximo rendimiento, y es incoherente cuando se traga cien litros de gasolina para recorrer un kilómetro. El corazón emite señales eléctricas que se pueden ver en una gráfica sinusoide. Pero nunca se había medido la tasa de variabilidad cardiaca.
 
Eso me lo tendrá que explicar.
Es una gráfica que muestra la ondulación de las señales eléctricas del corazón. En la inmensa mayoría de la gente es muy irregular. Pero si la altura de las curvas se repite de forma regular la persona está en estado de coherencia. El corazón manda esta señal, que es como un lenguaje, al neocórtex.

El cerebro superior.
Sí, y él lo va transmitiendo a todos los relojes secundarios del cuerpo: el sistema nervioso central, el sistema hormonal, etcétera. Desde los primeros estudios empezamos a entender varias cosas.

Nada mejor que estar en coherencia.
Eso es: cuando una persona está en coherencia es eficiente; cuando está en incoherencia y va hacia un estado de coherencia van desapareciendo cefaleas, reumas, las heridas cicatrizan más rápido e incluso vimos varias curaciones de cánceres.

Es como una novela.
Si yo fuera un sanador, le diría: respire a través del corazón sentimientos de amor y autoestima, promueva los pensamientos positivos, que, por cierto, generan trenes de ondas eléctricas.

Pero es un físico.
Por tanto, me dije: una señal eléctrica es una frecuencia que mediante una ecuación se puede transformar en longitud de onda, así que he creado un sonido que reproduce en longitud de onda exactamente la tasa coherente de variabilidad cardiaca.

¿Y a qué suena un corazón coherente?
Es precioso. Escuchar durante cinco minutos esa melodía pone en estado de coherencia nuestro corazón, es lo que yo llamo una reestructuración neurocardiovascular.

¿Han experimentado con ese sonido?
Sí, en el campo de la empresa, la medicina y el deporte de élite, con excelentes resultados, sobre todo en cuanto a fluidez neuronal. El ser humano tiene posibilidades increíbles, pero estamos limitados por un modelo racional que nos ahoga.


El amor y el universo
                         
Fue durante años profesor en la Sorbona y en el departamento de Psiquiatría de la Universidad de Kansas City, ahora imparte cursos en la escuela de Altos Estudios Comerciales de París. Explica con entusiasmo sus investigaciones iniciadas en el 2002: cómo un sonido que reproduce en longitud de onda la tasa de coherencia de la variabilidad cardiaca puede optimizar nuestra mente y nuestra salud, teoría que explica en La revolución del pensamiento integral(Luciérnaga) y que expuso en el simposio La evolución de la conciencia, organizado por Pilar Basté en CosmoCaixa. "Creo que todo está vivo en el universo, en el que hay vibraciones fundamentales, y el amor forma parte de ellas".

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