EL “SÍ” QUE LIBERA RESPONSABILIDAD



     “La educación surgida de la Revolución Industrial HA MUERTO. No responde a las demandas del ser humano que nace en el siglo XXI. Su cerebro, las relaciones inter-pares, la afectividad, la forma de concebir la vida y la muerte, todo se transforma a la velocidad del rayo y las estructuras educativas se mantienen anquilosadas negando el cambio evidente. Caben dos salidas: SEGUIR ADOCTRINADO o HACERSE RESPONSABLE”
Jordi  De La Torre
      Son palabras de Jordi De La Torre, miembro de “La secta del profesor rojo”, asociación integrada por alumnos y profesores que están hartos de una educación gris; aspirando a una enseñanza en la que el aburrimiento y el sin sentido den paso al rojo de la pasión por enseñar y aprender. Para el cambio de colorido hay que tener valor y estar dispuestos a dar todo un salto cuántico. El grupo adopta el tan vapuleado apelativo de secta desde la perspectiva de la provocación, un ingrediente fundamental en una educación integral, que además les puede servir como impulsor en ese “salto” que proponen.
       Una parte fundamental de la educación gris consiste en  que el profesor tome constantemente decisiones  por sus alumnos, pues cree saber casi siempre lo que más les conviene. Así, en las clases se tiende mucho más a prohibir que a permitir, obscureciéndose la iniciativa creadora de los alumnos: la programación de victima está servida. En el sentido opuesto a esta conducta del docente, una profesora nos descubre las grandes posibilidades de un “sí,” encaminado a fomentar la libertad responsable en sus alumnos adolescentes. Os invito a sentir el escrito que muy amablemente nos ha enviado; gracias Laura.

Laura Ramos

"Soy profesora de inglés en secundaria. Llevo en la enseñanza 10 años y he trabajado en institutos privados y públicos. Formo parte de "La secta del profesor rojo", un proyecto que une a profesores y alumnos con ganas de cambiar y mejorar la educación actual. Os envío un afectuoso saludo.”
 Laura Ramos


                                   Libertad
     Entramos y salimos. Leemos, charlamos con los amigos, reímos, cantamos, dormimos, soñamos… somos libres. Ahora bien, ¿y si hubiera siempre alguien mirándonos por encima del hombro y diciéndonos lo que SÍ y lo que NO podemos hacer?
     En las aulas los profesores somos vistos muchas veces como privadores de la libertad. Y es que, en numerosas ocasiones es así: NO habléis, NO miréis por la ventana, NO pongáis el móvil encima de la mesa, NO escribáis a lápiz, NO hagáis bromas, NO os riáis no sea que os lo vayáis a pasar bien, NO podemos hacer una clase en el patio, no, NO escucharemos música en clase, NO, no, no, …. personalmente, yo si fuera alumna creo que tanta prohibición y tanta norma absurda no me harían ninguna gracia, sobre todo, si tenemos en cuenta que fuera de las aulas y del instituto ellos se sienten libres y hacen lo que quieren y cuando quieren, a eso están acostumbrados. No digo que sea bueno, pero eso es lo que sucede en nuestra sociedad actual, muchas libertades y pocas responsabilidades.
    Ante este panorama, yo apuesto por el SÍ: SÍ, podéis tener el móvil en la mesa pero sin distraeros, es vuestra responsabilidad; SÍ que haremos algún día clase en el patio, ¿por qué no?; SÍ, podéis hablar mientras hacéis estos ejercicios; SÍ, si hacéis alguna broma ¡nos reiremos todos!; SÍ, escucharemos música mientras trabajáis; SÍ, te haré el examen otro día si has tenido algún problemilla…y de esta forma, ellos son los responsables de sus actos, no el profesor como ellos creen. Se trata de cambiar roles y si queremos que sean autónomos, tendremos que empezar a soltar la cuerda y dejar que sean ellos los que asuman responsabilidades. Correremos riesgos pero…para ganar hay que apostar.


1 comentario:

  1. Mi nombre es Teresa Solís

    Excelentes ideas. Yo salí ya el 2010 de cuarto medio. Y estudiaré Pedagogía en Lenguaje y Comunicación. Esta pàgina en particular me ha agradado mucho. Los alumnos muchas veces se sienten reprimidos por sus conservadores profesores, que muchas veces actúan de manera inadecuada, y no aceptan los argumentos y razones de los alumnos en algún caso. Sin embargo, hay profesores, pero pocos, que son liberales, y le dan a sus alumnos una confianza adecuada para que cada cual actúe de manera autónoma. Yo tuve un profesor así, y què ocurría?, todos aprendimos de él, no tan sólo conocimientos a nivel académico que adquirimos. Nos enseñaba siempre tomando en cuenta nuestras opiniones y dejándonos ser. Esto nos servía mucho porque podíamos desenvolvernos sin mayor dificultad ni obstáculo. No era un ambiente tenso el que se vivía en esa sala en sus clases, sino todo lo contrario, uno relajado y además con interés de aprender. Por otro lado, jamás hubo necesidad de faltarnos el respeto, él era un amigo más, del que aprendimos mucho, como así el aprendió de nosotros. Nadie quería llamar la atención a gritos, cada uno de nosotros tenía su propia Libertad, lo cual nos hacía no pedir nada más.

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